IVA SUPERCHAMELEON BITTOVÁ
“A ‘depth of time’ is very much present in her art,
going back to the very beginnings of music and
reaching all the way to our problematic present”.Vladimír Godár
Iva Bittová es una de las artistas más relevantes de la República Checa. De personalidad poliédrica (es cantante, violinista, compositora y actriz) brilla en todas sus facetas y se mueve con convicción y desprejuicio en los más variados terrenos musicales, desde el folklore de su Moravia natal hasta el avant-garde. No es casual que su primer DVD se titule Superchameleon (Indies, 2006).
Iva nos sorprende con cada nuevo proyecto, estrenando inesperados ropajes estilísticos y ratificando así su incondicional compromiso con una búsqueda que arrasa con convenciones, categorías y géneros. Quizás su rasgo más admirable –y que la hace verdaderamente extraordinaria- sea la competencia con la que aborda contextos tan dispares, tanto en términos técnicos como expresivos.
A ello, se une un trabajo vocal personalísimo. Iva tiene una natural -y muy agradable- entonación con poco o sin vibrato y, cuando imposta la voz, alcanza la tesitura de una soprano lírica, lo que le permite transitar con facilidad entre lo popular y lo clásico. Sin embargo, nada de lo que ella crea encaja cómodamente en ninguno de estos extremos acostumbrados, cuyas reglas melódico-rítmicas son burladas en todo momento mediante un uso instrumental o dramático de la voz. Su abordaje es claramente experimental: produce todo tipo de efectos –susurros, aullidos- y emplea técnicas inveteradas o rituales como el “canto de garganta”.
Con una libertad tímbrica asombrosa, Iva atraviesa –y actualiza a cada instante- toda la historia de la voz humana. El canto de Iva es origen y prospección, su voz es ancestral y contemporánea a la vez (haciendo un paralelo pictórico, se asimila a la impresión que provoca “Les demoiselles d´Avignon” de Picasso). Esta peculiaridad grafica elocuentemente esa "profundidad del tiempo" de la que habla Godár.
La relación simbiótica de su voz con la sonoridad del violín resulta de un encanto irresistible. En el plano estrictamente instrumental, Iva explota al máximo las cualidades del violín, a través del aprovechamiento de sus sonidos armónicos, la utilización de efectos percusivos y la manipulación del timbre, mediante combinaciones de técnicas tradicionales (glissandi, pizzicati) y prácticas de ejecución no convencionales (violín preparado, uso experimental del arco).
going back to the very beginnings of music and
reaching all the way to our problematic present”.Vladimír Godár
Iva Bittová es una de las artistas más relevantes de la República Checa. De personalidad poliédrica (es cantante, violinista, compositora y actriz) brilla en todas sus facetas y se mueve con convicción y desprejuicio en los más variados terrenos musicales, desde el folklore de su Moravia natal hasta el avant-garde. No es casual que su primer DVD se titule Superchameleon (Indies, 2006).
Iva nos sorprende con cada nuevo proyecto, estrenando inesperados ropajes estilísticos y ratificando así su incondicional compromiso con una búsqueda que arrasa con convenciones, categorías y géneros. Quizás su rasgo más admirable –y que la hace verdaderamente extraordinaria- sea la competencia con la que aborda contextos tan dispares, tanto en términos técnicos como expresivos.
A ello, se une un trabajo vocal personalísimo. Iva tiene una natural -y muy agradable- entonación con poco o sin vibrato y, cuando imposta la voz, alcanza la tesitura de una soprano lírica, lo que le permite transitar con facilidad entre lo popular y lo clásico. Sin embargo, nada de lo que ella crea encaja cómodamente en ninguno de estos extremos acostumbrados, cuyas reglas melódico-rítmicas son burladas en todo momento mediante un uso instrumental o dramático de la voz. Su abordaje es claramente experimental: produce todo tipo de efectos –susurros, aullidos- y emplea técnicas inveteradas o rituales como el “canto de garganta”.
Con una libertad tímbrica asombrosa, Iva atraviesa –y actualiza a cada instante- toda la historia de la voz humana. El canto de Iva es origen y prospección, su voz es ancestral y contemporánea a la vez (haciendo un paralelo pictórico, se asimila a la impresión que provoca “Les demoiselles d´Avignon” de Picasso). Esta peculiaridad grafica elocuentemente esa "profundidad del tiempo" de la que habla Godár.
La relación simbiótica de su voz con la sonoridad del violín resulta de un encanto irresistible. En el plano estrictamente instrumental, Iva explota al máximo las cualidades del violín, a través del aprovechamiento de sus sonidos armónicos, la utilización de efectos percusivos y la manipulación del timbre, mediante combinaciones de técnicas tradicionales (glissandi, pizzicati) y prácticas de ejecución no convencionales (violín preparado, uso experimental del arco).
Si hay un denominador común en su obra, reside en la firme raíz folklórica que la infiltra y sustenta. En este sentido, Iva se revela como una clara heredera de la tradición centroeuropea que se remonta a compositores como su compatriota Leoš Janácěk y Béla Bartók, quienes partieron de un conocimiento profundo de las músicas nativas para revolucionar el lenguaje de la música culta, y alumbraron una suerte de meta-género al que se le dio el nombre, nada riguroso pero muy descriptivo, de “folklore imaginario”. En el caso de Iva, además, la rusticidad típica de las melodías y los ritmos folklóricos se retroalimenta de la urgencia punk de la escena clandestina anti-soviética de Praga, protagonizada por Plastic People of the Universe desde fines de los 60s, y que selló a fuego toda la evolución socio-cultural posterior en ese país.
En su discografía, encontramos incursiones en el rock experimental (sus trabajos con el percusionista Pavel Fajt y con los grupos Dunaj y Pluto); versiones de obras de Janácěk y Bartók (sus 44 dúos para violín incluyen arreglos para voz que les imprimen un interés adicional); colaboraciones en el campo de la música contemporánea (con el compositor eslovaco Vladimír Godár y con el colectivo neoyorkino especializado en música experimental Bang on a Can), y obras que podríamos llamar “solistas” (como Bílé Inferno y Čikori, que exhiben el arte de Iva en su estado más puro, en su toda su despojada y frontal expresividad). Además, Iva canta habitualmente en puestas de óperas de Mozart, lo que es una muestra más de su diversidad, aunque por el momento no contamos con registros discográficos de esta faceta.
El DVD Superchameleon ofrece ejemplos de todas las etapas de la carrera de Iva. Comienza con el concierto de presentación de su álbum Elida (Cantaloupe, 2005) junto a la agrupación Bang on a Can, en el Palác Akropolis de Praga, el 26 de marzo de 2006 (estos clips de los temas “Malíři v Paříži” y “Elida” son ilustrativos de la integración de sus distintos perfiles). A continuación, presenta una serie de videos tomados de los archivos de la televisión checa. La última porción del DVD incluye un collage visual con imágenes de sus films.
Así como empecé este posteo, quiero terminar con Vladimír Godár, quien introduce las notas del booklet de su álbum Mater (ECM New Series, 2006) –en el que se incluyen obras interpretadas por Iva Bittová y que fueron inspiradas por ella- con esta reflexión sobre nuestra “polifónica” condición humana:
“Whenever we find ourselves in a town or a city for the first time, we visit the local historical landmarks or churches. They consist of layers of different time periods –a gothic cathedral contains Renaissance tombs, baroque sculptures, windows with symbolic stained glass. When we look inwards, we see something similar –our thoughts, gestures, expressions of emotions, ideals, they all have roots in different depths of time. A human being is just as poly-temporal and poly-stylistic as the cathedral”.