lunes, abril 30, 2007

SOBRE NUESTROS RECIENTES VISITANTES: ASIA BAJO LA LUPA

“Quizás el momento definitorio en la disolución del rock progresivo ‘clasico’ de los 70s fue el surgimiento del supergrupo Asia, en 1981. Formado a partir de los restos de algunas de las más grandes bandas de rock progresivo, mucho creyeron que Asia, que reunió a John Wetton (King Crimson, U.K.), Steve Howe (Yes), Geoff Downes (Yes) y Carl Palmer (ELP), daría comienzo a una nueva era del rock progresivo y produciría un renacimiento del estilo. Por el contrario, su álbum debut, grabado en 1982, mostró el grado en el que el rock progresivo, el ‘rock de estadios’ americano y el pop sinfónico inglés se habían amalgamado en un único estilo que podría denominarse, simplemente, ‘rock comercial’. Esto no implica negar la musicalidad del material, la excelencia de los arreglos y la producción del disco ni la técnica de los instrumentistas. Debe destacarse, no obstante, que la incansable creatividad musical que tanto había caracterizado al rock progresivo durante su apogeo, ya no era evidente; estilísticamente, Asia era más afín a Journey, Boston, Styx o Kansas circa 1978 que a Yes, Genesis, ELP o King Crimson circa 1972.

Todavía más significativo es el cambio en el énfasis filosófico que se aprecia entre la música de Asia y la de sus predecesores. En su época de auge, el rock progresivo había comprometido a su audiencia en la búsqueda de la profundidad metafísica, la autenticidad espiritual, una forma de enfrentar las tendencias despersonalizantes de la sociedad moderna. Si hubo una intención que marcó el mejor rock progresivo a principios de los 70s, fue la recuperación de la espiritualidad perdida. Es a la luz de ese objetivo que la propuesta insulsa, pop y radiable de Asia adquiere su verdadero sentido: dio señales de que, para la prolongación post-hippie de la contracultura encarnada por el rock progresivo a lo largo de los 70s, los impulsos idealistas de los 60s se habían agotado definitivamente. El sueño –o la ilusión, si se quiere- de la lucidez, individual y social, había terminado”.

(Extraído del libro “Rocking the Classics: English Progressive Rock and the Counterculture” de Edward Macan, Oxford University Press, New York, 1997, pág. 189 –traducción propia-)